Feliz Navidad. Escribo esta columna fumándome un cigar, un porro que venden ya primorosamente ejecutado, por dos dólares y medio, en la barra de un hostal de una querida ciudad de un lejano país de cuyo nombre sí quiero acordarme pero no aquí y ahora. Baste decir que es un sitio donde a todo lo que lleva cannabis lo llaman happy. Será que asocian la maría, más o menos virgen, con la felicidad…
Artículo publicado en El Español.